Tras las primeras semanas de entrenamiento veo que esto no es tan fácil como creía. Hace frío, llego muy cansado de cada entrenamiento debido a la escasa forma física que tengo y poco es el tiempo que me sobra para poder dedicárselo a la gente más cercana. Sin embargo, la mejoría en la prueba de resistencia es más que notable. Mis entrenamientos, no son, por el momento, nada extraordinarios pero sí que me encuentro cada vez más fuerte y siento que soy capaz de estar corriendo durante más tiempo. Tal cual me indicó el entrenador en el primer mesociclo, ese sería nuestro primer objetivo. Ir tomando contacto con esta prueba y mejorando mi capacidad aeróbica.
Creía que los entrenamientos consistirían en series agotadoras. He visto en muchos compañeros que usan ese método de entrenamiento, y me preocupaba al principio que yo no mejorase por ese motivo. Sin embargo, todas las dudas desaparecieron…
Conversación con entrenador de RDP.
- Opositor: Entrenador, he visto que en mis primeros entrenamientos únicamente voy a trotar o hacer tandas medias de resistencia, ¿estás seguro que esto me ayudará a mejorar?
- Entrenador: Por supuesto, no te preocupes por la intensidad en estos primeros meses de entrenamiento. Hay mucho margen de mejora y no nos merece la pena arriesgar y que te lesiones.
- Opositor: Ya, pero he leído que lo más recomendable para mejorar la resistencia es entrenar con series.
- Entrenador: No te falta razón, pero esa afirmación hay que complementarla con algo más de información. Te explico: las series conllevan un alto grado de exigencia para el deportista y son muchos los perjuicios que puede ocasionar empezar a entrenar de esta forma. No solo puede desembocar en una lesión que, consecuentemente retrasaría tu progreso, sino que, incluso, podrías sufrir el «sindrome del sobreentrenamiento» como yo suelo llamarlo.
- Opositor: ¿Síndrome del sobreentrenamiento?
- Entrenador: Sí, como su propio nombre indica, quiere decir básicamente, entrenar más de lo que es necesario. Puede incluso afectar a tu evolución en el entrenamiento. Sé que es muy tentador. Es un trabajo explosivo, de corta duración y que da buenos resultados, pero todavía es pronto y arriesgado. Ya hablaremos de este tipo de entrenamientos más adelante, no te preocupes.
- Opositor: Perfecto, muchas gracias, ya iremos viendo entonces.
Nota 1 RDP: Los primeros entrenamientos de nuestra preparación, sobre todo cuando el opositor no tiene buena forma física, son suaves pero constantes. Esto quiere decir que la intensidad será, a simple vista, baja. Nuestro entrenador la fija concienzudamente según el estado de forma de cada uno. Es importante tener suficiente tiempo para preparar las pruebas ya que, como en todo, el trabajo y las cosas bien hechas, llevan tiempo. El objetivo final, que será aprobar y obtener la máxima nota posible, tardará unos meses en llegar, pero si el opositor es constante y trabaja tal cual le indica su entrenador, conseguirá alcanzarlo.
Durante el primer mes he entrenado cuatro días a la semana y he intentado cuadrar los entrenamientos de fuerza con los de resistencia. Se ha hecho duro tener que correr después de hacer dominadas, flexiones y demás ejercicios, pero he podido acabar todos los entrenamientos y esto es algo que me motiva.
En cada entrenamiento he rondado los 20 minutos de carrera alternando la intensidad según me indicaba el planning personalizado que hizo el entrenador para mí.
Después de cada entrenamiento llegaba agotado a casa y claro, las cenas eran demasiado copiosas, así que, he cogido algún kilo. Salir del trabajo tarde y no comer nada durante 5 o 6 horas, sumado a hacer ejercicio, ha hecho que en cada cena no me corte un pelo a la hora de comer. Pan, queso, salchicha, pizzas, y una cantidad de cosas que sé que no son muy saludables para mantener el peso pero que no soy capaz de omitir en mi dieta. Me asusta coger demasiados kilos. A ver qué hago…
Nota 2 RDP: Es lógico que tras un duro entrenamiento tengamos más apetito de lo normal. Al cabo del día, nuestro cuerpo consume energía por sí solo (andar, respirar, hablar, e incluso dormir). Esta energía la podemos traducir en kilocalorías. El gasto energético del cuerpo humano en reposo es lo que conocemos como » Tasa de Metabolismo Basal» (TMB). En cada persona puede variar, según el sexo, altura, edad, etc. Por poner un ejemplo, diremos que la TMB de un hombre de 75 kg con altura de 175 cm y una edad de 27 años es de 1785 Kcal/día. Viene a significar que, como poco, tendrá que consumir esa cantidad de calorías al día para que haya un equilibrio calórico.
Si, además, hacemos ejercicio, esa TMB aumenta. Pongamos que el nivel de actividad es moderado. El consumo estimado será de alrededor de 2700 Kcal. Cuantas más calorías gastemos, mayor será la cantidad de consumo que tengamos que hacer. Hay que llevar mucho cuidado con esto porque la sensación que podemos tener es de no habernos saciado y seguir comiendo. Para ello es importante seguir también una especie de entrenamiento a este respecto, es decir, tener unas pautas que llevar a cabo en nuestra alimentación. Por ejemplo, hacer 5 comidas al día, una cada tres horas aproximadamente; ingerir más alimentos por la mañana e ir reduciéndolos a la vez que se acerque la hora de dormir; no «atiborrarse» a cenar por la noche, etc.
Ya me advirtió el entrenador que tenía que intentar llevar una alimentación adecuada pero ha sido algo que no he tenido en cuenta para nada. Me he dedicado a entrenar y ya está. Me he sentido mal cuando al ir a pesarme de nuevo, he aumentado 1,5 kg mi peso inicial. Con 83,5 kg a ver quién sube ahora a la barra de dominadas. Me queda el consuelo de que voy mejorando, pero algo tendré que hacer con esto.
Nota 3 RDP: No solo entrenar es importante. Llevar una alimentación apropiada también lo es, así como descansar el tiempo necesario después de cada entrenamiento, dormir lo suficiente, estirar, etc. Es por eso que no solo incidimos en que el opositor entrene duro, sino que le recomendamos que todos estos aspectos también los tengan en cuenta en su día a día. La mayoría de opositores tienen un ligero sobrepeso, muy común en la sociedad en la que vivimos (estrés, trabajo, familia, fiestas, etc.). Aunque nosotros no trabajemos con dietas «milagro», damos unas pautas de alimentación básicas que todo deportista debería seguir para estar sano y fuerte. Con el paso de los entrenamientos, el cuerpo ajusta él solo su peso, adecuándolo a su estatura, edad, sexo… sin pasar hambre. Eso sí, sacrificando cosas que puede que tengan un sabor delicioso pero que no nos convienen en este momento.
Tras esta primera toma de contacto con los entrenamientos, en la que no he tenido en cuenta la alimentación, me he llevado mi primer «guantazo» de realidad. En los siguientes post os seguiré comentando qué he hecho para solucionarlo y cuáles son mis recomendaciones. Si aún no has leído mi primer artículo sobre el entrenamiento de resistencia, podrás encontrarlo aquí.